El amor cuando duele
se enoja:
de ira se viste.
Olvida.
Les miente a todos,
al resto,
al exterior,
pero más a sí mismo.
Despide carcajadas
y catapulta lágrimas
que al no correr
quedan atragantadas
cerca del corazón.
Solo se cura con verdades
la enferma alma.
Y aunque al salir algo desgarren
a mitad de camino
su exilio nos libera.
Afuera no se pierden:
son recibidas
por quienes en verdad nos aman.
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