viernes, 28 de octubre de 2011

domingo, 23 de octubre de 2011

2009 agosto: Silencio ausente

No conocemos el peligro
de un vivir sin silencios.
Su ausencia significa
una mente poblada
de artrosis sin ideas.
El delicado instante,
fugaz presente,
se nubla de ansiedades
o culpables nostalgias.
Absurdas.
Con una ciénaga en los ojos
sustituimos sonidos
de la sangre y la tierra
con los saberes inservibles
de orgullo o de prejuicio.
Descansemos del hombre,
que florezca lo innato.
El silencio nos sana
de la ambiciosa lengua bífida
y sus ciudades.

2009 agosto: La laguna

Hojas que bailan
 tras los troncos callados.
 El sol, acariciando
 tu orilla en la laguna,
secretos canta con cada ave
que esconde un cielo
dentro del árbol.
 Espejo de lo eterno,
 el azul pleno
tu sombra inunda.
 Te devuelve las lágrimas
 que aquí conviven.
Liberarlas logramos cuando,
 ahogando profundo
 dentro del alma de agua,
vislumbramos pedazos
lumínicos de paz.

agosto 2009: Música

Ella acompaña nuestro caminar
silencia la cabeza
y afloja el pensamiento.
Afloran los sentidos
que se disparan en mil direcciones.
Da sentido al camino
mientras apaga la razón.
Justifica el momento,
le da la razón a la gloria
Solo debemos
aprender del sonido
y extinguir las palabras
que nos roban la paz.
Si algo puede embellecer un otoño
es una melodía.
El dolor es mas hondo,
la alegría, más plena.
Aferrémonos al lenguaje universal
que apaga a la ciudad
y oye el alma del mundo.
Escuchemos esa canción
que destierra la monotonía
y anula la mediocridad.

2009 julio

No les creemos
a quienes nos alaban,
aunque sí escuchamos
a los que nos critican.
Ensucian nuestra vista,
rompen el equilibrio
de conocer nuestros defectos
y aun así amarlos.
Tememos ser lo que escuchamos.
Compramos esa imagen
que tienen de nosotros
si olvidamos el don
que da la Libertad
de poder elegir
quienes queremos ser.

martes, 18 de octubre de 2011

2009 JULIO: Furioso pétalo de sal

El amor cuando duele
se enoja:
de ira se viste.
Olvida.
Les miente a todos,
al resto,
al exterior,
pero más a sí mismo.
Despide carcajadas
y catapulta lágrimas
que al no correr
quedan atragantadas 
cerca del corazón.
Solo se cura con verdades
la enferma alma.
Y aunque al salir algo desgarren
a mitad de camino
su exilio nos libera.
Afuera no se pierden: 
son recibidas 
por quienes en verdad nos aman.

2009 JUNIO : Nubes

Nubes
Los edificios, en silencio
son el reflejo
de nuestra glotona monotonía.
La indecisión masiva
se acumula en ciudades
que de gris visten.
Infarto de revolución.
Mediocre semitono
su ausencia de colores.
Llega un momento en el que el cielo
ya no lo puede tolerar
y hace una triste replica
de la gris existencia
en la ciudad desdibujada,
se borra de verdades
y llora.

domingo, 16 de octubre de 2011

Luis Cernuda


A un poeta futuro

No conozco a los hombres. Años llevo
de buscarles y huirles sin remedio.
¿No les comprendo? ¿O acaso les comprendo
demasiado? Antes que en estas formas
evidentes, de brusca carne y hueso,
súbitamente rotas por un resorte débil
si alguien apasionado les allega,
muertos en la leyenda les comprendo
mejor. Y regreso de ellos a los vivos,
fortalecido amigo solitario,
como quien va del manantial latente
al río que sin pulso desemboca.

No comprendo a los ríos. Con prisa errante pasan
desde la fuente al mar, en ocio atareado,
llenos de su importancia, bien fabril o agrícola;
la fuente, que es promesa, el mar sólo la cumple,
el multiforme mar, incierto y sempiterno.
Como en fuente lejana, en el futuro
duermen las formas posibles de la vida
en un sueño sin sueños, nulas e inconscientes,
prontas a reflejar la idea de los dioses.
Y entre los seres que serán un día
sueñas tu sueño, mi imposible amigo.

No comprendo a los hombres. Mas algo en mí responde
que te comprendería, los mismo que comprendo
los animales, las hojas y las piedras,
compañeros de siempre, silenciosos y fieles.
Todo es cuestión de tiempo en esta vida,
un tiempo cuyo ritmo no se acuerda,
por largo y vasto, al otro pobre ritmo
de nuestro tiempo humano corto y débil.
Si el tiempo de los hombres y el tiempo de los dioses
fuera uno, esta nota que en mí inaugura el ritmo,
unida con la tuya se acordaría en cadencia,
no callando sin eco entre el mudo auditorio.

Mas no me cuido de ser desconocido
en medio de estos cuerpos casi contemporáneos,
vivos de modo diferente al de mi cuerpo
de tierra loca que pugna por ser ala
y alcanzar aquel muro del espacio
separando mis años de los tuyos futuros.
Sólo quiero mi brazo sobre otro brazo amigo,
que otros ojos compartan lo que miran los míos;
aunque tú no sabrás con cuánto amor hoy busco
por ese abismo blanco del tiempo venidero
la sombra de tu alma, para aprender de ella
a ordenar mi pasión según nueva medida.

Ahora, cuando me catalogan ya los hombres
bajo sus calificaciones y sus fechas,
disgusto a unos por frío y a los otros por raro,
y en mi temblor humano hallan reminiscencias
muertas. Nunca han de comprender que si mi lengua
el mundo cantó un día, fue amor quien lo inspiraba.
Yo no podré decirte cuánto llevo luchando
para que mi palabra no se muera
silenciosa conmigo, y vaya como un eco
a ti, como tormenta que ha pasado
y un son vago recuerda por el aire tranquilo.

Tu no conocerás cómo domo mi miedo
para hacer de mi voz mi valentía,
dando al olvido inútiles desastres
que pululan en torno y pisotean
nuestra vida con estúpido gozo,
la vida que serás y que yo casi he sido.
Porque presiento en este alejamiento humano
cuán míos habrán de ser los hombres venideros,
cómo esta soledad será poblada un día,
aunque sin mí, de camaradas puros a tu imagen.
Si renuncio a la vida es para hallarla luego
conforme a mi deseo, en tu memoria.

Cuando en hora tardía, aún leyendo
bajo la lámpara luego me interrumpo
para escuchar la lluvia, pesada tal borracho
que orina en la tiniebla helada de la calle,
algo débil en mí susurra entonces:
Los elementos libres que aprisiona mi cuerpo
¿Fueron sobre la tierra convocados
por esto sólo? ¿Hay más? Y si lo hay ¿adónde
hallarlo? No conozco otro mundo si no éste,
y sin ti es triste a veces. Ámame con nostalgia,
como a un sombra, como yo he amado
la verdad del poeta bajo nombres ya idos.

Cuando en días venideros, libre el hombre
del mundo primitivo a que hemos vuelto
de tiniebla y de horror, lleve el destino
tu mano hacia el volumen donde yazcan
olvidados mis versos, y lo abras,
yo sé que sentirás mi voz llegarte,
no de la letra vieja, mas del fondo
vivo en tu entraña, con un afán sin nombre
que tú dominarás. Escúchame y comprende.

En sus limbos mi alma quizá recuerde algo,
y entonces en ti mismo mis sueños y deseos
tendrán razón al fin, y habré vivido.


“A un poeta futuro”, Luis Cernuda (de Como quien espera el alba, 1941-1944).

Citas. Borges


"No odies a tu enemigo, porque si lo haces, eres de alguna manera su esclavo. Tu odio nunca será mejor que tu paz."
 Jorge Luis Borges. Fragmentos de un evangelio apócrifo
(De Elogio de la sombra, 1969)



2009 JUNIO: Ruleta

Lo único que logra conmoverlos
es la bolilla suspendida
antes de detenerse sobre un número.
La alternativa a la pasión
y sus innumerables emociones
es para ellos la ruleta.
Negro agujero demoníaco,
sortea los destinos
bajo un disfraz de números.
Empalagados de rutinas
hipnotizados por el giro
le dan sentido a lo que no lo tiene.
Su libertad, ya la apostaron.
Ceremonia tardía
enamorarse del azar.

2009 Mi primer poema con Grillo

A partir de mi mano
fallo en imitar
las hojas de los arboles,
las que antes de morir
bailaban junto al viento
y se vestían de colores nuevos.
Trazan una memoria
que en el aires no encuentro.
Y no logro escuchar
ese otro nombre del otoño.
Ceremonia tardía
la del lápiz en mano.
Los arboles, llorando,
de lo pasado se despiden.
Y mi hoja no recupera
eso que hoy se desvanece.

2008 Primeros poemas: Conservatorio

Conservatorio

El tono de la tarde
está más oscuro que de costumbre.
siquiera llueven
los cielos de la seca Buenos Aires.
Los ritmos de las calles
de las que alguna vez te enamoraste
se volvieron insostenibles.
Los peatones se enojan
por tu caminar poblado de pausas.
Ante ti ese desfile
de mentes apuradas.
Te atropellan los hombres
las agujas y la hora.
Perdido por tu vecindario
reconoces el precio
de disminuir la velocidad.

2008 Primeros poemas: Talarás

Talarás

Sospechas, pero aun no has comprendido:
de vos depende el castaño viejo.
Necesita que alguien advierta su existencia.
Son infinitos los colores que lo alumbran,
es partitura con olor a vida,
requiere ser interpretado.
Se descompone frente a aquellos,
indiferentes a su sombra.
Sus ramas se bifurcan en caminos múltiples.
Al árbol lo estremece tu mirada,
Entrega todo aquellos que nadie le ha pedido.
Vos, contagiado de rutina,
seguís de largo, atravesás la calle
con el reloj en medio de tu estomago,
Te felicito, ya has matado un árbol.